Allí tuvimos la oportunidad de escuchar los planteamientos
teóricos y pedagógicos del método, así como las dificultades que las profesoras
encontraban a la hora de trabajar la lectura y que, finalmente, les llevaron a
romper con todos los sistemas que habían venido utilizado y lanzarse a la
aventura, bonita, pero compleja, de crear un método propio.
Después de este planteamiento teórico,
pasamos a las aulas de Educación Infantil para ver la aplicación del método y
algunas de las actividades que incluye. Nos asombramos con el nivel de lectura
comprensiva en 1º y el amplísimo vocabulario de 2º. También comprobamos la
autonomía con que se manejan los alumnos de 3º. Nos alegró ver como los alumnos
de necesidades educativas especiales son incluidos en el método, que les ayuda
a avanzar en sus aprendizajes, ajustándose a sus ritmos y dificultades.
En general, nos pareció un método muy
adecuado, lúdico y ajustado a la realidad de los niños de 3 a 6 años y nos
quedamos con ganas de saber más cosas acerca de como trabajan el resto de las
áreas.
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